Letanía de los santos

La estigmatización de san Francisco

 

La Letanía de los Santos es una oración tradicional en la Iglesia Católica que pide la intercesión de todos los santos y mártires. Su origen se remonta al siglo IV, y fue introducida por el Papa San Gregorio Magno en procesiones y celebraciones litúrgicas en el siglo VI o VII. 

Origen y Historia:
  • Siglo IV:

    Hay evidencia de la existencia de la Letanía de los Santos desde el siglo IV, aunque no se sabe con certeza cómo era en ese momento. 

  • Siglo VI-VII:

    El Papa San Gregorio Magno introdujo la Letanía en procesiones y celebraciones litúrgicas, dándole la forma que conocemos hoy en día. 

  • Finales del siglo IX:

    El Papa Gregorio IV oficializó el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos, consolidando la veneración a los santos en el calendario litúrgico. 

  • Siglo X:

    Se establecen las primeras normas para el culto a los santos, incluyendo la lectura de la Letanía en diversas ceremonias. 

  • Siglo XII:

    La Letanía se integra en el Breviario Romano, un libro de oraciones que se utiliza en la liturgia de las horas. 

Significado y Utilización:
  • Intercesión:
    La Letanía de los Santos es una oración de súplica a los santos y mártires para que intercedan ante Dios por la Iglesia, por los vivos y los difuntos, y por la conversión del mundo.
  • Modelo de conducta:
    Los santos y mártires son vistos como ejemplos de fe, esperanza y caridad, y la Letanía invita a imitar sus virtudes.
  • Veneración:
    La Letanía es un medio de veneración a los santos, reconociendo su papel en la historia de la Iglesia y su capacidad de intercesión.
  • Celebraciones:

    La Letanía se canta en diversas celebraciones, incluyendo la canonización de nuevos santos, el inicio del cónclave para elegir nuevo papa, y otras ceremonias de importancia. 

En resumen, la Letanía de los Santos es una oración milenaria que honra a los santos y mártires, solicita su intercesión, y nos invita a imitar sus virtudes en nuestra vida diaria.

 

 

-Señor ten piedad de nosotros
-Cristo ten piedad de nosotros,
-Señor ten piedad de nosotros,
-Cristo óyenos
-Cristo escúchanos,
-Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros,
-Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros,
-Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros,
-Trinidad santa un solo Dios, ten piedad de nosotros,
Se repite
-Santa María,
-Santa Madre de Dios,
-Santa Virgen de las vírgenes,
-San Miguel,
-San Gabriel,
-San Rafael,
Ruega por nosotros.
-Todos los santos ángeles y arcángeles,
-Todos los santos coros de los espíritus bienaventurados
Rogad por nosotros.
-San Juan Bautista,
-San José,
Ruega por nosotros.
-Todos los santos patriarcas y profetas, Rogad por nosotros.
-San Pedro,
-San Pablo,
-San Andrés,
-San Juan,
-Santo Tomás,
-Santiago,
-San Felipe,
-San Bartolomé,
-San Mateo,
-San Simón,
-San Tadeo,
-San Matías,
-San Bernabé,
-San Lucas,
-San Marcos,
Ruega por nosotros.
-Todos los santos apóstoles y evangelistas,
-Todos los santos discípulos del Señor,
-Todos los santos inocentes,
Rogad por nosotros.
-San Esteban,
-San Lorenzo,
-San Vicente,
Ruega por nosotros.
-San Fabián y San Sebastián,
-San Juan y San Pablo,
-San Cosme y San Damián,
-San Gervasio y San Protasio,
-Todos los santos mártires,
Rogad por nosotros.
-San Silvestre,
-San Gregorio,
-San Ambrosio,
-San Agustín,
-San Jerónimo,
-San Martín,
-San Nicolás,
Ruega por nosotros.
-Todos los santos obispos y confesores,
-Todos los santos doctores,
Rogad por nosotros.
-San Antonio,
-San Benito,
-San Bernardo,
-Santo Domingo,
-San Francisco,
Ruega por nosotros.
-Todos los santos sacerdotes y levitas,
-Todos los santos monjes y ermitaños,
Rogad por nosotros.
-Santa María Magdalena,
-Santa Agueda,
-Santa Lucía,
-Santa Inés,
-Santa Cecilia,
-Santa Catalina,
-Santa Anastasia,
Ruega por nosotros.
-Todas las santas vírgenes y viudas, Rogad por nosotros.
-Todos los santos y santas de Dios, Interceded por nosotros.
-Muéstratenos propicio, Perdónanos, Señor.
 –Muéstratenos propicio, Escúchanos, Señor.
-De todo mal,
-De todo pecado,
-De tu ira,
-De la muerte súbita e imprevista,
-De las asechanzas del demonio,
-De la cólera, del odio y de toda mala intención,
-Del espíritu de fornicación,
-Del rayo y de la tempestad,
-Del azote de los terremotos,
-De la peste, del hambre y de la guerra,
-De la muerte eterna,
-Por el misterio de tu santa encarnación,
-Por tu venida,
-Por tu natividad,
-Por tu bautismo y santo ayuno,
-Por tu cruz y tu pasión,
-Por tu muerte y sepultura,
-Por tu santa resurrección,
-Por tu admirable ascensión,
-Por la venida del Espíritu Santo, nuestro Consolador,
-En el día del juicio,
Líbranos, Señor.
Nosotros, pecadores, te rogamos
– que nos oigas,
– que nos perdones,
– que nos seas indulgente,
-que te dignes conducirnos a verdadera penitencia,
– que te dignes regir y gobernar tu santa Iglesia,
– que te dignes conservar en tu santa religión al Sumo Pontífice y a todos los órdenes de la jerarquía eclesiástica,
– que te dignes abatir a los enemigos de la santa Iglesia,
– que te dignes conceder a los reyes y príncipes cristianos la paz y la verdadera concordia,
– que te dignes conceder la paz y la unión a todo el pueblo cristiano,
– que te dignes devolver a la unidad de la Iglesia a los que viven en el error, y traer a la luz del Evangelio a todos los infieles,
– que te dignes fortalecernos y conservarnos en tu santo servicio,
– que levantes nuestro espíritu al deseo de las cosas celestiales,
– que concedas a todos nuestros bienhechores la recompensa de los bienes eternos,
– que libres nuestras almas, las de nuestros hermanos, parientes y bienhechores, de la condenación eterna,
– que te dignes darnos y conservar las cosechas de la tierra,
– que te dignes conceder el descanso eterno a todos los fieles difuntos,
– que te dignes escucharnos, Hijo de Dios.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, Señor.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos, Señor.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros.
-Cristo, óyenos,
-Cristo, escúchanos,
-Cristo, ten piedad de nosotros,
-Señor, ten piedad de nosotros,
Se repite.
Concluir con un Padrenuestro.

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imagen:

La estigmatización de san Francisco

Castillo, José del

Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado

jhr

"Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, el que cree en mí, vivirá para siempre."

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