Oraciones del cristiano: Examen de conciencia

POR LA NOCHE
Quien hace frecuentemente reflexión de sus miserias, abate con el propio conocimiento el orgullo del corazón engreído; y quien diariamente cita a juicio sus defectos, lejos está de apadrinarlos.
Es bueno, pues, y aun necesario ver cada noche en qué se ha empleado el día, si bien o si mal, si a gusto de Dios o en agravio suyo, si haciendo méritos para la otra vida o acarreándose cargos para su condenación.
Es preciso examinar eso, y alegrarse y dar gracias a Dios si se obró bien, y arrepentirse y castigarse y corregirse si se obró mal.
Es preciso llamar uno a uno los sentidos de nuestro cuerpo y las potencias de nuestra alma, y preguntarles severamente hora por hora: Ojos míos, ¿qué habéis mirado? Lengua mía ¿qué palabras has dicho? Oídos míos ¿en qué habéis parado atención? Y así de los demás sentidos y partes del cuerpo y facultades del espíritu, que todo, todo sin exceptuar un átomo, lo hemos de tener subordinado a Dios y al gusto de Dios, y sujeto a la ley de Dios, para ser un día inexorablemente juzgados por Dios.
Eso es el examen de conciencia: hacer como en borrador y por partes nuestro proceso, para que un día salgamos mejor librados del que ha de hacernos en definitiva su Divina Majestad.
* * *
Puesto de rodillas ante la imagen de Cristo y hecha la señal de la Cruz, di de todo corazón:
Dios y Señor mío, que estáis aquí y en todas partes presente, adoro vuestra soberana Majestad.
Creo firmemente cuantos misterios y verdades habéis revelado a vuestra Iglesia, porque sois verdad infalible.
Espero que por los méritos de Jesucristo y mis buenas obras he de conseguir la gracia y el fin para que fuí criado. Por vuestra infinita bondad os amo sobre todas las cosas, y estoy dispuesto a perderlas todas antes que ofenderos.
Me pesa, por ser Vos quien sois, haberos ofendido y propongo firmemente la enmienda asistido de vuestra divina gracia.
Os doy humildemente gracias por haberme criado, redimido, hecho cristiano y conservado hasta ahora; y por todos los otros beneficios generales y particulares que de vuestra liberal mano he recibido, principalmente en este día.
Dadme gracia para conocer las faltas que hoy he cometido y para aborrecerlas de todo corazón.
Examina diligentemente los pensamientos, palabras y obras, el mal que hubieses hecho y el bien que hubieses dejado de hacer; pensando la gravedad de las culpas que contra Dios, contra el prójimo y contra ti mismo hubieses hoy cometido, reprendiéndote por ellas y detestándolas.
PENSAMIENTOS. — Vanos, soberbios, ociosos, impuros, envidiosos, iracundos, codiciosos; distracciones voluntarias en los ejercicios de devoción, juicios temerarios, etc.
PALABRAS. — Ociosas, soberbias, jactanciosas, impuras, mentirosas, sarcásticas y punzantes, aduladoras, provocativas, maldicientes, injuriosas, chismosas, poco respetuosas, ofensivas del honor del prójimo.
OBRAS. — Pereza en el cumplimiento de nuestros deberes, respetos humanos, perder el tiempo en la ociosidad, no cumplir con alguna obligación, malgastar el dinero, guardar mal los días de fiesta, irreverencias en el templo, no ayunar a su tiempo, dejarse llevar de la soberbia en el porte exterior, vestido, etcétera; ser avaro y duro con los pobres, impuro consigo o con los otros, dejarse llevar de la gula, maltratar a otros, usar de fraudes, ser desobediente, dar escándalo.
Es bueno examinarse, en particular, sobre lo que se adelanta o atrasa en vencer la pasión dominante.
Dios y señor mío, perdonadme por vuestra infinita bondad todos mis pecados, faltas e imperfecciones: me pesa, por ser Vos quien sois, haberos ofendido, y pésame de que no me pese más.
Propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos y hacer penitencia de mis pecados, confiando en vuestra divina gracia.
Padrenuestro, Avemaría, Credo y Salve.
Estando en la cama dirás:
Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.
Jesús, José y María, con Vos descanse en paz el alma mía.
*referencia:
» Al pie del Sagrario»- edic- 1889.

San Pascual Bailón- Monforte del Cid-